El apartamento está ubicado en un chalet en Rougemont, cerca de la estación de esquí de Gstaad. Los propietarios querían transformarlo en un espacio moderno, abierto y minimalista, manteniendo el carácter del chalet.
Anteriormente divididos, la cocina y el comedor se abrieron para formar un gran espacio continuo que fluye sin interrupciones desde la cocina hasta la sala de estar. Esta nueva distribución mejora la luz natural y la circulación, haciendo que el apartamento se sienta más espacioso y acogedor. Situado en el último piso del chalet, el espacio se beneficia de volúmenes generosos, amplificados aún más por el techo inclinado. Para resaltar la materialidad de la madera y crear una sensación de continuidad, el techo fue revestido con paneles de madera de tres capas que cubren toda la superficie.
En la parte trasera del apartamento, los dormitorios y el baño también fueron completamente renovados. Los armarios hechos a medida, fabricados con los mismos paneles de madera de tres capas que el techo, se integran perfectamente en el espacio, reforzando la coherencia de los materiales. Los dormitorios mantienen una estética minimalista, centrándose en materiales naturales y formas simples para potenciar el confort y la tranquilidad.
En el baño, los azulejos con efecto madera aportan calidez manteniendo un aspecto limpio y contemporáneo. Una puerta de vidrio translúcido permite que la luz natural llegue al pasillo, creando una transición más suave entre los espacios. La elección cuidadosa de los materiales y una distribución bien pensada garantizan que el apartamento sea funcional y estéticamente armonioso, logrando un equilibrio entre modernidad y el encanto atemporal de un chalet suizo.















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